Cerrando el Círculo

A finales de enero se hizo público, cierra Círculo del arte. Para aquellos que no os suene, que seréis casi todos, el Círculo era uno de los pocos lugares de Barcelona dedicado a la obra gráfica original, no solo a la obra gráfica, pero si en gran parte. Obra casi siempre de artistas contemporáneos, y entre los que siempre hubo representación de artistas locales.  Grabado Líquido, en varias ocasiones, se hizo eco de exposiciones, conferencias y otros eventos en los que el Círculo participó, fue el escenario principal o el organizador.  Editores, galeristas, distribuidores, representantes de otras editoriales, promotores del coleccionismo privado, su peculiaridad principal no era esa dedicación a la gráfica en todas las facetas posibles; En Barcelona, aunque escasas, hay otras empresas, entre ellas alguna editorial de renombre como la Polígrafa.




Lo que tenía de especial el Circulo es su estructura, que se sostenía en el apoyo privado, en un sistema de socios que, pagando mensualmente cuotas, financiaban el conjunto de las actividades. Las cuotas servían a los asociados como inversión para comprar obra gráfica. Trimestralmente el Circulo publicaba una revista donde se ofrecía un conjunto de novedades de diversos precios entre las que escoger, de modo que la cuota se convertía en colección. Si, se trataba de un negocio que, desde 1994, funcionó bien, incluso muy bien,  llegando a tener 1500 socios. Sin subvenciones, sin ayuda de la institución, generando puestos de trabajo y mercado, sostenidos en el interés privado. Y no solo eso, además, para un artista casi sin currículum, solo con el apoyo de su propia obra, era posible pedir una entrevista, que se mirasen tu propuesta con atención y, si les interesaba, te la comprasen para incluirla en su catálogo. Las estampas eran ofrecidas en su revista, y, si se vendían bien, una vez al año eran capaces de comprarte al menos una edición entera. Así sin más. Una gran diferencia al resto del circuito galerístico barcelonés, algo que en 1999, cuando fui a verles y colaboré por primera vez con ellos, me pareció sorprendente, raro y muy alentador. Era, a mi modo de ver, el tipo de relación y de actitud en la que se podía sostener un trabajo continuado como artista grabador, sin tener que pertenecer a las redes endogámicas que despectivamente se tildan de "capillas" por las "capillas" rivales. No hacía falta ser amigo de nadie, ni venir de parte de, ni conocer a...




 Hans Meinke, fundador del Circulo en 1994, fue durante años directivo de Circulo de lectores, y la estructura que construyó se deriva de su experiencia previa en esa empresa. El sistema de cuotas, con tres modalidades a elegir, con incentivos y descuentos, o la generación de actos sociales periódicos, como inauguraciones, conferencias o participaciones en ferias de arte, adaptaban un negocio editorial de características industriales a otro de producción mucho más escasa, sin por ello convertirlo en algo económicamente inalcanzable. Una de las diferencias distintivas de la gráfica artística ha sido poner al alcance de  gran parte de la sociedad ediciones u obras originales a precios asequibles, y en el Circulo siempre han tenido en cuenta esta singularidad.

Han sido 24 años en los que en muchas ocasiones pensé si me sería posible exponer en el magnifico espacio expositivo que tenían en la calle Princesa, y el año pasado, con Gráfica Material, pude no solo ver mis obras colgadas en sus paredes, de modo que se cumplió un modesto hito biográfico, además una producción generada con dinero público en Roca Umbert, con su propio calendario de actividades y exposición, tuvo su continuación en el ámbito privado de la mejor manera posible: exponiendo en una galería y consiguiendo que varios de los artistas participantes vendiesen obra.





Esto fue, por decirlo así, una manera de cerrar el Círculo, la mía, aunque ahora el que se cierra de verdad es este peculiar espacio, una forma de galería/tienda/club/editorial que, a pesar de su aspecto serio, en ocasiones espectacular, ha sido a la vez espacio periférico en determinados aspectos. Su cierre tiene varios motivos, un descenso de los miembros el club, un contrato de alquiler que llegaba a su fin, un problema con la finca derivado de un escape de agua que les perjudicó considerablemente...   De toda la actividad hecha ha quedado un extenso fondo gráfico, libros, documentos, conocimiento. Cerrar una historia de esa magnitud es también un esfuerzo, un último esfuerzo que no resulta fácil, que ahora concentra toda la atención.






Grabado líquido quiere felicitar a Hans Meinke, a Nina Meinke y a todo su equipo por el trabajo hecho durante todo este tiempo, por el estímulo que su presencia ha generado en la comunidad de artistas gráficos de Barcelona, por su contribución a la creación de un coleccionismo del grabado. Sería fácil enunciar alguna queja, señalar por ejemplo la falta de interés o apoyo por parte de la administración hacia la actividad desarrollada. Pero todo tiene un final, y desde grabado líquido preferimos enunciar un deseo: Que el conocimiento que ha supuesto esta actividad tenga continuidad en un formato y en un futuro imposibles de entrever ahora.





 Y para acabar una frase de Octavio Paz, aquella que durante muchos años ha estado recibiendo a los visitantes de Círculo del arte en su entrada principal.



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