Entrevista a Roberto Coromina, artista visual, sobre la iniciativa de Tallers Oberts
Con ocasión de mi viaje a Madrid para visitar ARCO este febrero pasado tuve la oportunidad de entrevistar a Roberto Coromina, uno de los artistas del grupo iniciador de los Open Studios en España, en la ciudad de Barcelona. Roberto me recibió en su taller y estuvo muy amable, contestando a mis preguntas sobre este tema. Este fin de semana es Tallers Oberts en los barrios de Gracia y Sarrià, y el fin de semana que viene los de Ciutat Vella y Poble Sec, así que es un buen momento para recordar los inicios. Acompaño la entrevista con algunas imágenes de la obra de Roberto, y dado que estamos en grabado líquido, se trata de una obras pertenecientes a una serie de multiples realizada por Roberto este año.
1.- En 1993 empezó
Tallers Oberts. En la entrevista que sobre este momento hice
a Jeffrey Swartz, él medió otros nombres, entre ellos el tuyo.
Roberto
Coromina: - Yo estuve
en el 93 y 94, y a mi me tocaba estar en el
teléfono. Se trataba de
recibir llamadas, pero también
de hacerlas, llamar
a artistas que yo conocía
para invitarles a participar, y
costaba mucho al principio , los
artistas que llamaba
no querían participar, porque
no sabían lo que era, incluso
el 2º año. Me costó bastante
convencer a la gente para
que participasen, porque yo
tenia la idea de que cuantos más artistas participasen sería
mejor, más éxito tendría
la convocatoria.
Entonces el primer
año, aunque como
ya te comenté antes la
memoria es frágil, pero recuerdo
estar varias personas reunidas hablando un
poco de todo,
pensando en qué podríamos hacer,
en hacer algo y nos decíamos
¿Qué hacemos? ¿Lo hacemos?
Venga, vamos a
hacerlo. Se marcó un poco
Ciutat vella porque todos teníamos el
taller por allí. Y ese primer año
lo que hicimos fue invitar a participar, y
a mi lo que más me gustó
es que éramos completamente independientes.
Cada artista colaboraba con un
poquito de dinero. Que
no recuerdo cuanto era pero
era una cantidad simbólica,
y con ese poquito de dinero
publicamos el folleto,
no sé,
lo debo tener
guardado en algun sitio,
posiblemente éramos 25o 30 personas.
Con ese dinero publicamos el
tríptico con el mapa, los artistas
participantes, horarios,
datos, y lo pagamos
entre todos.
Ahí ya, como era un
proyecto muy jugoso entró
la Caixa y enseguida entró la
Diputación de Barcelona.
2.--Pero eso ¿El
primer año?
R
- Bueno, quizá
me confunda entre el primer y
segundo año, pero el
primer año fuimos totalmente autónomos,
La Caixa no puso dinero pero si participo
en un taller, no recuerdo bien porque yo
no llevé esa parte, posiblemente
cedieron el espacio o la
infraestructura. Y el primer año ya salió
en prensa, porque
era una convocatoria que no se había
hecho aún en España, yo
no lo había oído al menos.
Si sabíamos que se hacía
en otros paises desde hacía muchos
años... En Berlín, en cualquier
Ciudad europea de tamaño medio o
grande, o equiparable a Barcelona, se
podían encontrar convocatorias
de este tipo. Entonces para nosotros
era decir: Tenemos
nuestros espacios, nosotros somos
libres de hacer lo que queramos,
entonces ¿Por qué no
hacer algo para dinamizar
un poquito esto?
3.--¿Recuerdas cómo entró Jeffrey
Swartz?
R -Yo creo
que Jeffrey entró por medio de Art Larson. En el origen éramos
artistas, solo artistas, pero pensamos y quisimos hacerlo bien, y
como Art conocía y era amigo de Jeffrey, le invitó. Tenía más
experiencia que nosotros. También hubo otro no artista, que llevó
la parte de comunicación, no recuerdo como se llamaba.
4.--¿Menchu Graña?
R -No,
Menchu era otra artista. Nos reuníamos en su taller que era el de
Mario también. Yo de nombre te diría Art Larson, Jeffrey Sawrtz,
Menchu Graña, Mario Galindo, Oriol Font y yo… y había alguien más,
al principio fuimos 6 o 7, y había algunos otros artistas que
aparecían en alguna reunión pero
luego no volvían.
No dejamos constancia de cuantos éramos, y no éramos un comité,
solo unos poquitos, un grupo de amigos.
-Bueno, pero cada uno tenía un papel,
hubo una organización, tú por ejemplo contestabas el teléfono. A
mi Jeffrey me dijo que el modelo de tallers oberts de algún modo lo
aportó él, porque en Canadá se hacía.
R -No, no,
aunque esto da igual. Yo he visto tiempo después en currículums de
los que entonces estábamos como todo el mundo se pone una medalla...
¿Cuál sería la palabra? Coordinador no, mentor lógicamente
tampoco, ahora ni me sale… La memoria es frágil, también la mía,
pero Jeffrey vino invitado por Art,
sí que estuvo desde el principio y aunque él tenía
experiencia y conocía el modelo nosotros también. Yo estuve antes
en Winchester con una beca Erasmus (ahora soy yo el que se pone una
medalla) y allí al final del curso académico – muy listos los
británicos- hacían recoger todo a los alumnos, limpiarlo todo,
pintarlo todo y hacer su pequeña exposición. Invitaban a
familiares, amigos y demás. Eso lo vi y lo viví, y en Barcelona
en esos momentos no había visto nada parecido. Era una manera
inteligente de dejar los talleres preparados para el año siguiente,
pero también para que hubiese un poco de movimiento. Yo tuve una
beca de colaboración en Bellas Artes e intenté, y el ayuntamiento
me lo aprobó, hacer lo mismo en Barcelona, y que el ayuntamiento nos
cediera la Capella del antiguo hospital para que los que acabábamos
5º de Bellas Artes hiciésemos una exposición colectiva. Me lo
aprobaron pero al final nunca se hizo.
-Copiar un poco el modelo inglés.
R - Si,
aunque no pudimos hacerlo. El caso es que estábamos una vez hablando
en el taller y alguien lo debió decir, no recuerdo quien fue pero
tampoco creo que tenga importancia, yo no haría hincapié en eso.
5.-¿Qué
significó para ti
Tallers Oberts?
R
-Si, en Tallers Oberts decidí trabajar para el colectivo artístico.
Estuve dos años y pensé, vale, ya está, es suficiente. Creo que
los artistas hemos de hacer algo por el colectivo al menos un tiempo.
Después de tallers oberts lo he vuelto a hacer una vez más,
implicarme en un proyecto, con la asociación de artistas visuales de
Aragón, y eso que no era ni socio, pero fuí representante suyo en
alguna reunión de la Unión.
Además
pienso que los artistas tenemos en cierto modo el deber de
explicarnos ante los demás, ante el público, de mostrar nuestra
obra y explicarnos, y eso era posible en tallers Oberts. Esta
capacidad, la de explicarse, era algo que cuando yo estudié no se
desarrollaba en los alumnos en Barcelona, en cambio en Winchester era
un requisito, una práctica que los profesores exigian a los alumnos.
Te ponían delante de tu obra y de la clase y tenias que defender tu
obra.
Por
otro lado aunque hubo gente que vendió en Tallers Oberts yo no vendí
nada, aunque creo que el objetivo no era ese...
Luego
cuando acabó tallers oberts, como no pude pasarme a ver los talleres
de los otros participantes, yo estuve en el mío, cogí el mapa y me
fui a ver a otros artistas, y me di cuenta de cómo funciona el hecho
de que los demás te atribuyan una influencia, un poder, por pequeño
que sea. Para mi fué muy chocante.
Pero
como te digo, después de dos años pensé que ya era suficiente y
coincidió con mi traslado a Nueva York.
6.-¿Qué
te parece que tallers oberts se siga
celebrando después de 20 años?
R
- La verdad es que yo no le daba más de 3 o 4 años máximo, así
que me imagino que si ha durado hasta ahora es porque está bien,
porque es útil a los artistas.
7.-Despues
¿Ya no has vuelto a participar en Tallers Oberts?
R
-En Barcelona no, pero en Nueva York, donde viví 5 años, si que me
acerqué en bastantes ocasiones a los Open Studios organizados por
artistas que tienen el taller en el mismo edificio, los artistas que
finalizan el programa del Whitney, o en la Columbia University....
participé en los Open Studios organizados por el ISCP (International
Studio and Curatorial Program) en dos ocasiones cuando disfrutaba de
la beca de la Fundación Botín y en 2006 al final de la residencia
que hice en la Triangle Arts Association en Brooklyn.
8.-¿Qué
diferencias ves entre lo que tu viviste en Barcelona y el Open
Studios de N.Y.? Dicen que en EEUU el tema del dinero está mucho más
claro.
R
-La dinámica del Open es igual en todas partes, abres el taller y
esperas que pase la gente, atiendes y explicas a los visitantes tu
trabajo. Con el dinero tienen menos prejuicios, que un artista sea
hábil para vender no depende de la nacionalidad, pero sí que el
mercado, el interés, la curiosidad y el respeto son mayores allí.
Una
diferencia podría ser que allí no esperan a que otros lo organicen,
de manera espontánea un grupo de artistas se pone de acuerdo lo
organizan e invitan a sus contactos, conocidos y a todos los que les
pueda interesar. Allí ves visitando estudios a galeristas,
comisarios, coleccionistas, público en general y pasan cosas....
Y hasta aquí la entrevista con Roberto.
Y hasta aquí la entrevista con Roberto.
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