Música, arte plástico y Límites

John D. Barrow es uno de esos escritores que escriben libros de divulgación científica. Libros que suelen convertirse en grandes éxitos de ventas. En uno de ellos, titulado Imposibilidad, el autor explora los límtes de la ciencia y el concepto de imposibilidad como noción básica para establecer fronteras y formularse preguntas en torno a nuestra capacidad intelectual. Preguntas tales como si es posible que lo conozcamos todo (El universo, sus leyes, sus fuerzas, su futuro), o si nos será posible realizar todo aquello que imaginemos (Inteligencia artificial, viajes a otros sistemas solares, viajes en el tiempo). Barrow es más concreto en sus preguntas, y el libro se divide en capítulos donde se examina el estado de la cuestión de cada gran problema planteado a nuestra capacidad cognitiva y en qué podría consistir la imposibilidad de realizarlo. En este libro, en su capítulo 4 -La condición humana- hay un breve texto dedicado al Arte. Apenas dos hojas que he recordado porque para hablar de Arte Barrow se centra en la música. En lineas muy generales, y citando a otro cientifico, Barrow piensa que el Arte sigue un proceso evolutivo que se basa en eliminar las restricciones de composición impuestas a los artistas. Es decir, una vez definido en que consiste un arte, este es explorado por sus practicantes. Llega un momento en que la practica agota las posibilidades de variación que a ese Arte le es posible dados los parametros en los que se basa, así que la unica forma de seguir avanzando es redefinir sus fronteras, ampliarlas. Este proceso en la musica se explica así:

¿Qué es musica? Barrow cita un estudio de dos físicos de Berkeley, Richard Voss y John Clarke, que descubrieron que todas las formas musicales producidas por humanos tienen una forma espectral común con independencia de su procedencia cultural. Al parecer la música es una secuencia de ruidos correlacionados que son a la vez predectibles (porque siguen unas pautas formales que reconocemos) e impredectibles (porque sobre estas pautas crean variaciones inesperadas). Bien, si la musica que oimos se entrega demasiado a la predectibilidad nos aburre, pero si resulta demasiado impredectible nos parece ruido. El problema es que para la comunidad musical lo que resulta predectible crece a medida que escuchamos más música, asi que para no aburrirnos hemos de "progresar" con nuevas musicas cada vez más impredectibles, con menos pautas y mayor libertad estilística. Nuestro gusto se refina. Un camino tal, en el que la libertad no deja de crecer, puede conducir a una situación en la que al final en la ausencia de pautas resulte imposible distinguir lo que oimos como musical de lo que no lo es. Jonh Cage y su musica atonal   o aleatoria serían un ejemplo de esta fase final de la música, en la que es el oyente o el contexto donde se produce la audición lo que determinan si "eso" es música o no....








Interesante ¿no?, y muy fácil de establecer un paralelismo con el Arte Plástico o el Arte Contemporaneo en general. Asi podríamos pensar que el Arte moderno es una sucesión de estilos que continuamente relajan las normas que los definen: El resultado es que cada vez más cosas son arte. Existe una continua ampliación de posibilidades basada en una continua abolición de los limites. El fundacional  rechazo del Academicismo en los -ismos y Las Vanguardias sería el rechazo a la entidad guardiana de las pautas formales, de tematica, decoro, etc. que nos indican estos límites. Con la abolición de toda norma y el descredito de las instituciones que las defendían llegamos a la Postmodernidad, donde el Arte es, para seguir con el símil musical, "Arte Atonal". La Teoría institucional del arte de George Dickie es el paradigma teórico de esta situación. Según Dickie es arte aquello que el sistema del arte señala como tal. Vemos aquí una apoteosis del contexto y una ausencia total de objeto. No hay propiamente un "Objeto artístico" que sea distinguible de por si, sino unas instituciones (el museo, la crítica, el historiador, la galería, el coleccionista e incluso el público) que desde su subjetividad señalan aquello que consideran arte, o bien hay una intención de artisticidad que resulta suficiente (Y aquí tendriamos a Duchamp o Josep Beauys y su democratización del arte) para que cualquiera sea artista declarándolo el mismo y lo que señala con su voluntad arte.  Barrow tambien advierte en su explicación sobre la música y su evolución que una vez llegada la fase atonal existe una gran tentación de reciclar musica del pasado, lo que es otra de las características definitorias de la Postmodernidad, su inclinación hacia un eclecticismo estilístico que mira al pasado.

En la actualidad se podría entender las diferentes posturas en torno a lo que es arte como la coexistencia de comunidades artisticas, de productores y espectadores/consumidores en diversos grados de desarrollo de esta atonalidad. Mucha gente prefiere un arte con normas y los límites que estas fijan, un arte "reconocible", mientras que otros prefieren un arte más contextual, sin restricciones o límites. La palabra Límite en si misma puede parecernos negativa, castradora. Parece que nadie quiera tener límites, o que le limiten, pero en la práctica siempre hay límites para todo. La pregunta es ¿Para el Arte no? y ¿ Responde realmente el Arte a un esquema de "rendimiento decreciente" tal como plantea Barrow?  ¿Es más valioso un arte pautado o uno menos pautado? ¿Se corresponde esto con un grado de mayor o menor refinamiento del espectador?
 La situación en la que estamos, de indefinición, de ausencia o equivalencia de cánones, además de desconcertar a mucha gente, artistas incluidos, provoca paradojas de todo tipo. Recordemos, en un plano anecdótico, la persistente identificación de señoras de la limpieza de ciertos objetos artísticos como basura o chatarra y las hilarantes consecuencias  asociadas a ello.






Pensemos tambien  en la situación de la crítica de arte, su paradójica insignificancia (porque parece que su juicio profesional cuente, pero a la vez está muy subordinado al Mercado del Arte, que únicamente lo usa como legitimación del valor económico)y su posibilidad de independencia del objeto artístico y del sistema del arte más convencional (argumentando que la crítica en si es ya un género artístico, con su propia historia, sus características estéticas, formales y de contenidos. La prueba más notoria de esto -y más graciosa también- es que muchas veces el texto de la crítica es más interesante que la obra del artista).

Comentarios

  1. primero felicitarte, por esta entrada de fácil digestión....has sabido expresarte con claridad , poniendo ejemplos, y aclarando conceptos.
    De este modo, tu mensaje llega a mas gente, no solo a los más iniciados.

    Aunque siempre fui rebelde en cuanto a las limitaciones... creo que esa libertad, tambien permite al público elegir; y desde luego prefiero en la música, la tonalidad, que el ruido, sin orden ni sentido.

    y en el arte en general, pero sobre todo en la pintura, me agrada un trabajo en el que primero, reconozca un buen hacer, para mí es muy importante que se vea un buen trabajo a primera vista.

    Si a eso le sumamos, que la obra te invite a reflexionar, que no esté vacía de contenido, o simplemente que su belleza te emocione y te atrape,mejor que mejor.

    Luego está el arte con manual de instrucciones, en el que necesitas leer para entender al autor y sus motivaciones.
    Y EL OTRO, ese del que nos hablas , en el que el verdadero artista es el critico, al tratar de justificar lo injustificable.... charlatanes diría yo en muchos sentidos...., al arte de vender lo invendible, y por supuesto que el comprador no se sienta estafado...

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    1. Pues... Gracias!!!!
      Lo malo del arte que se apoya en el contexto es que cuando el contexto cambia ese arte se vuelve incomprensible. Y dentro de esto, lo peor es el arte contextual cuyo contexto es el propio arte, porque además de ser de una artisticidad "debil" encima sule tratar de paradojas dentro de las fronteras de lo artístico, algo que solo si tienes un gran interés puede llegar a interesarte el esfuerzo de comprender. Y eso dando por sentado la honradez del planteador de este tipo de arte, porque muchas veces no es más que aprovechar una situación de privilegio en el Sistema del Arte para colocar discursos y objetos mediocres y arramblar con la pasta y el prestigio institucional. Todo esto ya nos suena del resto de nuestra sociedad, y es que el Arte no está al marjen de nada.

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